
Eso sí, a diferencia de Caparrós, el portugués pela el chicle, ofrece al banquillo, lo mete poco a poco en la boca, lo mastica…y cuando ve que la goma va perdiendo sabor lo tira y se come otro…así, hasta unas diez veces por partido.
Caparrós no. Caparrós mastica enérgicamente el chicle hasta matarlo. ¿cuántas veces por minuto golpeará con sus dientes al chicle? El chicle de Caparrós tiene que terminar destrozado…¿Utilizará uno por partido o utilizará uno por cada tiempo de juego?
No hay comentarios:
Publicar un comentario