lunes, 27 de septiembre de 2010

Ya está bien

La dialéctica sobre roja o amarilla para castigar la absurda entrada de Amorebieta no tendría fin. Unos se acogerán a la normativa (roja), otros a que efectivamente no toca a Iniesta (amarilla) y así sería imposible llegar a un consenso.
Pero quizá sea más fácil llegar a la unanimidad por el camino de admitir la irracionalidad de Amorebieta. Es muy difícil de justificar la acción del ofuscado defensa rojiblanco, peleando de esa manera una pelota en el centro del campo con el árbitro a 20 centímetros de la jugada.
O quizá sea fácil si nos atenemos al tipo de jugador que es Amorebieta; o mejor dicho, al perfil de jugador al que se va acostumbrando. No es de recibo que cometa este perjuicio a su equipo, al espectáculo y a la propia afición. Alguien de su círculo más próximo debería decirle que no vaya por ese camino, que se equivoca, que puede ser su perdición. Ahora bien, ¿hará caso al consejo?
Un chaval que ha llegado a comprometer por su propio egoismo la esencia de la idiosincrasia rojiblanca no ofrece las mejores garantías para que pensemos en que lo del sábado ya no volverá a ocurrir.
Eso sí, no puedo olvidarme de la acertada valoración de Caparrós con respecto a las protestas del sabio público de San Mamés hacia Iniesta. Un cambpo que ha llegado a aplaudir al ya desaparecido Juanito y que censura a Iniesta, a quien supo alabarle en su momento, es un mensaje...sobre todo para el Comité de Competición para que recuerde que el excelente jugador del Barcelona salió intacto e ileso de la alocada entrada de Amorebieta.
Que nos sea leve, incluso para Amorebieta.

Este texto lo dejó un anónimo en el blog. Lo subo como entrada por su interesante opinión.

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