Que no les vuelvan locos

En un comentario anterior mostré mis dudas sobre el contenido real de los vídeos enviados a Bielsa para que supiera las virtudes y debilidades de los jugadores del Athletic. Después de contemplar el partido frente al Espanyol, me reafirmo en lo ya escrito aunque añado otra posibilidad más: el entrenador no se ha visto todas las cintas. Solo así puede explicarse el desaguisado de ayer. Yo no quiero que nadie vuelva locos a los futbolistas de mi equipo. Tampoco es una eximente que con un reconocimiento del error se haga tabla rasa a las desequilibrantes decisiones técnicas del entrenador argentino.
Me froté los ojos cuando vi la titularidad de Iñigo Pérez. Su vídeo estaba incompleto, al parecer. Este jugador ha conseguido la cuadratura del círculo: en una semana deja de verse descartado, apartado del equipo, entrenando en hierba artificial a las tres de la tarde…para entrar de salida en el equipo. Por si faltara poco, este acreditado centrocampista lo hace en la fatídica posición de lateral izquierdo, mientras el internacional Aurtenetxe ve el partido desde la grada.
He conocido algunas maneras de enviar a un futbolistas al matadero deportivo. Lo que hizo Bielsa con Iñigo Pérez es una de ellas. A esta absurda decisión de complicarle la vida en el campo obedece que el Athletic encajara el primer gol en Cornellà. El improvisado lateral no sabe posicionarse en el área y de ahí que hiciera la estatua. No nos merecemos esto después de haber escuchado las fatigadas sesiones de Bielsa con los videos o sus incesantes gritos durante tres horas en un entrenamiento.
Y no quiero olvidarme de lo que el entrenador hizo con Iturraspe. Quienes quisimos creer que tras la marcha de Caparrós se abría la puerta al juego creativo, entendíamos como previsible que Iturraspe tuviera sitio entre los titulares. Resultó un espejismo ya que al segundo partido, al banquillo. Claro, apenas pasaron 30 minutos, el chaval ya estaba calentando en la banda para reparar los errores de Bielsa.
Lo de anoche me preocupa mucho porque no son de recibo errores tácticos de tamañaza magnitud, aunque al mismo tiempo me quedo tranquilo porque veo ratificada mi esperanza en un equipo con jugadores que tienen la calidad suficiente para generar ocasiones, para dominar la situación. Insisto, que nadie les vuelva locos.

Anónimo