domingo, 29 de noviembre de 2009

Lluvia de goles

Minuto 89. Caparrós se dio cuenta que su traje y él, estaban totalmente empapados por el agua que no dejó de caer durante todo el partido y se colocó el chubasquero.

Demasiada tensión la del técnico, demasiada. Ir ganando por uno a cuatro y ser incapaz de sentarse ni un segundo en el banquillo cuando diluviaba, o no ponerse antes el chubasquero, y seguir empapándose, es un síntoma que no se describir.

Parece como si el técnico necesitara estar sobre la raya comiéndoles la oreja a sus jugadores para transmitirles tensión, como que si él no estaría pegado a la cal, los jugadores no sabrían que hacer y como jugar…Caparrós necesita estar en tensión, bajo tensión…aunque el partido estaba ganado desde la primera parte.

La zurda de Yeste es única. La pone donde él quiere, y donde el cree que puede hacer daño, y si algún compañero le adivina el pensamiento, gol seguro.

No es que jugásemos brillantemente, ni mucho menos. Las jugadas a balón parado, la efectividad, y un pobre Almería nos ayudaron a ganar ampliamente el partido.

Durante la segunda parte, con un cero a dos, y viendo que el Almería no asustaba, me dediqué a contar cuantos toques seguidos daban nuestros jugadores. Solamente en la jugada del cuarto gol, con un impresionante remate de De Marcos, nuestros jugadores la tocaron cinco veces seguidas. Las demás, nunca llegaban a tres, y la mayoría de las jugadas eran de dos toques, la tercera era al contrario, fuera, o falta.

Jugando así, tocándola dos o tres veces, es imposible hacer una jugada, pero sin hacer prácticamente jugadas, ganar por uno a cuatro en Almería, tiene su merito, mucho merito.

Para ver tocar la pelota ya tenemos al Barcelona. Lo nuestro es ganar, subir en la clasificación y olvidarnos de los fantasmas.

1 comentario:

sherk dijo...

Primero el polo marrón de pretemporada, ahora el traje y chubasquero... Tampoco le vamos a pedir que vista bien, joder! mejor hablar de esto y no de la clasificación.

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