Soporífero

El de hoy ha sido uno de esos partidos que no se sabe bien para que se juegan. Incluso podía parecer que ninguno de los dos equipos se jugara nada. Pero no, el Athletic se jugaba una plaza europea y el Zaragoza distanciarse del descenso, pero no, el de hoy ha sido un partido soso, con un Zaragoza dispuesto a jugar al contra ataque, y con un Athletic que sin Toquero se queda sin ninguna garra en el ataque.

Partido jugado a “trantán”, esperando alguna jugada, y esperando acertar. Las ocasiones llegaron, pero nadie acertó. Ni De Marcos, ni Llorente, ni el del triciclo.

En la segunda parte, al igual que contra el Valencia, volvió a salir Yesta para dar, por fin, un sentido futbolístico al juego de nuestro equipo.

Guste o no guste el personaje, Yeste es el único jugador de esta plantilla que sabe tocar la pelota. La toca, cambia el juego, vuelve a tocarla, la mima, la acaricia, e intenta colocarla donde nadie la colocaría, para que algún compañero, si le entiende sus intenciones, remate a gol.

Disfrutamos, seguramente, de los últimos partidos de Fran Yeste como jugador rojiblanco. Seguramente, en esta no renovación, seremos muchos los que perderemos. Perderá el Athletic, perderemos los aficionados por no poder disfrutar, aunque sea con cuanta gotas, de su fútbol, y perderá Yeste,que tendrá que dejar Bilbao, su equipo, su vestuario, y luchar por un puesto en otro equipo, quizás en otra Liga, y seguramente rodeado de jugadores que como él, quieren ser titulares.

Lezama era un hotel, comentaba Sarabia cuando fichó por el Logroñés.  Y Yeste, desde niño en Lezama, podrá comprobar lo duro que es hacerse con un puesto en un vestuario donde no se prima ser canterano, donde los apellidos se los lleva el viento, y donde lo más importante es ser titular.