lunes, 11 de abril de 2011

Nada de nada de nada

Ridículo total el sábado en San Mamés. Correr, correr y correr, para no hacer nada ante los suplentes del Real Madrid.
Algo pasa en el equipo, o mejor dicho, en el banquillo, que de jugar a fútbol se ha olvidado hace tiempo. El equipo hace aguas en defensa, el centro del campo está atascado y en la delantera solamente Toquero mantiene el tipo luchando, como siempre, sin parar.
Decepción total, y una más de Caparrós. La imagen del entrenador durante todo el partido pediendo a sus jugadores que luchen, y que corran, y que luchen, y que corran….. a día de hoy, es patética, por no decir ridícula, por no pensar que Caparrós está agotado, y no sabe hacer más que lo que hace.
Mal partido, ridículo y decepción total.

1 comentario:

Anónimo dijo...

winsSin patrón

Claro que duele y escuece toda derrota ante el Real Madrid. Es nuestro enemigo natural. Y por eso molesta que el Athletic ofreciera una imagen tan patética. ¿A qué jugamos? ¿Cuál fue nuestro patrón? ¿Llegó a imaginar Caparrós que Mourinho cambiara su equipo habitual? Demasiadas preguntas para cosa buena. Claro, de ahí el resultado tan sonrojante.
Podríamos hablar del árbitro. Por supuesto, pero sería hacernos trampas al solitario. El problema fue nuestro y la sorpresa que se llevó el Real Madrid, enorme.
Paradójicamente, el Athletic ni presionó. Se olvidó de las buenas constumbres, de los hábitos que hacen al monje cuando los necesita. Pero tampoco se refugió en la técnica, de abrir bandas y servir el balón al área. ¿A qué jugó, por tanto? A nada.
Fue un error de estrategia supino. El Real Madrid eligió el músculo en lugar de la clase y le sirvió. Mourinho sí lo había previsto. A partir de ese instante, el partido queda desequilibrado.
Podemos meternos con Clos como hizo Macua en otro gesto patético. Si de verdad hay una campaña o escasa objetividad con el Athletic, el asunto se soluciona en Madrid, directamente con Villar y Sánchez Arminio. Pero no a través del micrófono porque suena a disculpa del discapacitado. Los dos penaltis fueron dos penaltis. Y claro que hubo agarrones a Llorente y Pepe volvió a perder sus cables, esta vez con Toquero.
Tampoco en el caso arbitral recordamos la tradición. En los tiempos de gloria, los arbitrajes se controlaban en Madrid. Y hasta nos dio resultado en alguna Liga de Clemente. Ahora, protestamos a derrota pasada.
Con todo, cuidado que nos deslizamo por la pendiente y se nos escapa Europa. En realidad, la visita del Madrid pasó desapercibida. Estuvimos toda la semana hablando de compromisarios y de las dudas existenciales de Urrutia. Así no se calienta un partido.

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