Sigo sin entender el partido de los lunes. Ni hay ambiente futbolístico, ni los jóvenes aficionados pueden ir a los campos, ni se crea afición. Además, el lunes no puedes hablar de la jornada de Liga, falta el partido del Athletic.
Será por las televisiones, por la Liga, por lo que sea, pero como en muchas facetas de la vida actual, la que nos está tocando vivir en estos momentos, se hacen las cosas sin pensar, sin ver si es positivo para la afición, o no, se hacen por hacer, seguramente para que algunos clubes ganen dinero, pero dejando totalmente al margen al aficionado, al socio, al seguidor de su equipo.
Al final ganamos, que es lo mínimo que le podíamos pedir al equipo. El juego del Athletic volvió a ser ramplón, escaso, poco vistoso, eso sí, lucha y entrega a tope, pero fútbol, lo que es fútbol, nada de nada.
Pelotazos arriba, pases al contrario, más me recordaba a un partido de patio de colegio, que a un partido de la Liga. Nos estamos jugando Europa, una Europa que nos la están poniendo en bandeja, pero parece que ni el entrenador, ni los jugadores quieren alcanzar.
Aun así, jugando a no jugar, y gracias a Valdés, portero del Almería, nuestros jugadores metieron tres goles, el último de Orbaiz, impresionante, tan impresionante que no se lo creía ni él.
El sábado será, o deberá ser otra cosa, el Real Madrid en San Mamés...
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